17 enero 2023

Muere Carlos Sapag



Este sábado 14, a la edad de 78 años, ha fallecido el gran locutor Carlos Sapag Hagar, uno de los íconos de la radio chilena, que empezó su carrera en 1962 en radio Sargento Aldea y la finalizó en 2021 en Radio Portales (fecha en que se retiró de la locución).

Soy uno de los que admiran su trabajo en el gran noticiero Radio Crónicas de radio Colo-Colo, el cual coanimaba junto a Mario Pesce. Ambos fueron una dupla en mi opinión perfecta para ese noticiero humorístico, en donde las críticas a la actualidad nacional e internacional sumadas a la viveza de ellos le daba un toque único. No sé de otro programa radial similar que tuviese tanta vida, el cual siguió en otras radios luego de la salida de ambos de la radio Colo-Colo.

Acá hay un video en donde se escucha una selección de bromas y chascarros en su emisión radial conocida como Los Reporteros de la Amistad (por transmitirse en radio Amistad) y que fue la última vez que el noticiero estuvo al aire, luego de lo cual nunca lo volvieron a recrear en otro lado:


Cabe aclarar que esta selección la hice yo luego de grabar un centenar de sus programas y extraer los trozos que me parecieron más chistosos. Esta grabación se la pasé a don Carlos en un CD doble, el cual obviamente fue replicado en varias ocasiones, cuando trabajaba en radio Portales (y cuyo contacto me lo dio un colega de un foro al que pertenecí).

Descanse en paz, caballero, que nos entretuvo e informó a la vez durante muchos años en compañía de don Mario Pesce, jamás olvidaremos sus risas y bromas que fueron compañía inevitable a la hora del desayuno y el almuerzo.

Como homenaje y recuerdo de su nombre acá les comparto los programas que grabé a principios de siglo, de los que extraje la selección antes indicada. Están comprimidos en formato ZIP sin contraseña.

https://mega.nz/file/7HxnjKAD#D2bsSvudOLHp2e_PhaHTaKB1YNYm_FLSFvGEVEIQhYg

https://mega.nz/file/zXYF3DYR#4tNUzS_J1jdEdVcGX8UhFyLmHFbWe9oc36YDTOO_nxM

https://mega.nz/file/SaZkFIxY#Ra7zr2MpDLZuEP_HOT2G4Il-tkGeEFRYrgooz_zFihU

https://mega.nz/file/bPwgGLBL#rAtJbo672UOnt8psNpK_syQY4qe2MgrYwa_VUWkY2ys

https://mega.nz/file/beZSRAbI#52XZZCi958iuJpREx1vttioW7O83MKbCt2S8g1C93yU

https://mega.nz/file/DCwVHZBY#by2pszwbnPQqfHse6ZFpTK4xdSNoNS1lU_uum_Bgk_Y

https://mega.nz/file/iHQAWSAQ#KOitQTx1Du00U3niGU4pb2NCi7zm24-Wad3wkUksaiY

https://mega.nz/file/zDJVmJRS#W5CKkHie2AeJIF9QAaeRH8JnKhwXOdL75gvu7AoSV_I

https://mega.nz/file/3HBgQQxB#JVN4r-Rd0amxu_lPeFDpDJnXu3fHdyVvyBytaOmXyZc

https://mega.nz/file/mS5G2CSb#ayunTFp9jwX9DVnYq7HVzCSVAHJrr3we_8hRFNfRwf0

https://mega.nz/file/SGAxQL5Y#0xSoZ3tFje50SmUNRlsoe4rY2oaGeeemVcWRl2HXDUQ

https://mega.nz/file/LKRBhCwJ#f4fxo_5MglwwEzXMie8lt1hEvhC3RFQeQ1sIUDwUSR4

09 noviembre 2022

Publicación de mi antología

 



Finalmente están impresos los libros de mi antología titulada Fragmentos Estelares, de Editorial Pudú, que se encuentra disponible en la Librería Ur, ubicada en Nueva Providencia 2305, local 19, teléfono 222310933. El libro consta de varias historias, algunas ya publicadas y otras no, que abarcan varias temáticas que he tratado a lo largo de mi modesta carrera literaria. En la librería también encontrarán más títulos de diversas temáticas.

29 abril 2021

Fui ganador de un fondo concursable

 


El Fondo Concursable que gané fue el de la Línea de Creación del Fondo para el Fomento del Libro y la Lectura. Lo postulé bajo el nombre de Caliboros que fue evaluado y finalmente seleccionado. Estoy muy contento de haber ganado no solo por la recompensa monetaria, sino porque lo considero un paso adelante en mi modesta carrera de escritor. Lo gané sin pitutos de ningún tipo que es lo que más de alguien estará pensando. Ahora espero gestionar la edición el año que viene.

Además, David Cofré de Editorial Pudú ganó también un fondo concursable para editar una antología mía y que verá la luz durante el segundo semestre de este año (si no hay contratiempos derivados de la pandemia). O sea, gané por partida doble, lo cual me tiene muy contento.

31 enero 2020

Un concierto histórico


Repito la entrada que publiqué hace una década, porque han pasado diez años y es un nuevo aniversario del concierto.




Hoy se cumplen cuarenta años de un concierto histórico que pasó casi desapercibido en el mundo entero. Se trata de la primera actuación de un grupo occidental en Alemania Oriental, acaecida en medio de la Guerra Fría. La banda en cuestión fue Tangerine Dream, compuesta por Christopher Franke, Johannes Schmoelling y Edgar Froese (su líder, que además es escultor). Su estilo era la música electrónica seria (mal llamada New Age y que casi nada tiene que ver con el Techno, Dance, DJ y similares), un estilo siempre dejado de lado en la escena musical mundial, salvo raras excepciones. También ha sido llamado rock electrónico, aunque de rock no encuentro que tengan mucho. No obstante, independiente de las etiquetas asignadas al estilo, lo importante es que fueron los primeros en actuar al otro lado de la Cortina de Hierro. Cabe destacar la curiosa postura de Edgar Froese, quien dice que no hace música electrónica; quizás por eso hoy en día componen en un estilo muy diferente al de antaño.


El grupo tardó dos años en conseguir el permiso para su actuación, siendo invitados luego a dar dos conciertos en el Palast der Republik, Berlín Oriental, el 31 de enero de 1980. El permiso se consiguió porque seguramente su música no se consideró “políticamente peligrosa”. En este lugar se hacían las sesiones parlamentarias y reuniones políticas del gobierno de la época. El 80% de las entradas se entregaron a oficiales y organizaciones ligadas al gobierno; el 20% restante se vendió en cinco minutos.

Los conciertos fueron un éxito total, inclusive casi un millar de personas quedaron fuera y empezaron a presionar las puertas de vidrio. Edgar Froese le pidió a los oficiales que los dejasen entrar para evitar problemas y así lo hicieron. El evento se editó con el nombre “Pergamon”, un disco con apenas dos pistas, pero llenas de la calidad que los caracterizaba. Empieza con un solo de piano a cargo de Johannes Schmoelling, para luego adentrarse en los melódicos caminos de los sintetizadores del grupo. El álbum es toda una sinfonía electrónica, típica del Tangerine Dream de aquella época, y casi completamente alejado del estilo comercial de la banda hoy en día. En Internet hay una tercera parte inédita dando vueltas y en una radio, a finales de los ochenta, escuché un trozo que era del mismo concierto (igualmente inédito).

Actualizo la información: Al fin conseguí en una edición que no diré es "pirata", porque la autorizó el grupo con la condición de que fuese gratis, denominada "Tangerine Tree" el concierto completo (o casi) con más de hora y media de duración. Está para descargar en torrent y este concierto se denomina Vol. 17 East Berlin 1980. Son un total de 92 conciertos en todo el mundo desde los setenta en adelante.


Por desgracia, la prensa no se hizo eco de este evento histórico, pues apenas apareció una pequeña mención en un periódico al día siguiente. Por lo visto a ninguno le interesó contar esta noticia y fue así como pasó casi al olvido, excepto por los pocos que nos interesamos en este estilo. Me contaron que en Chile en una radio lo mencionaron en su momento, pero eso fue todo.

Tangerine Dream es, para quienes no lo saben, un grupo precursor en la música electrónica en los años setenta y parte de los ochenta. Hasta el momento ha editado más de cincuenta álbumes, tanto en vivo como en estudio. Ellos y Klaus Schulze, ex integrante de la banda, crearon la Escuela Alemana de Música Electrónica, en donde el músico japonés Kitaro fue discípulo de Schulze. Sin embargo, desde 1990 se han decantado por un estilo más comercial, que poco o nada tiene que ver con el de los setenta y ochenta. Como sea, son un verdadero ícono en el movimiento electrónico mundial. Algunas de sus grandes obras son: Ricochet, Stratosfear, Tangram, Encore, Force Majeure, Hyperborea, Phaedra, Logos; así como algunas bandas de sonido: Sorcerer (El salario del miedo), Street Hawk (El Cóndor, serie de TV), Miracle mile, Thief, Firestarter. Su sitio oficial es:


04 enero 2018

No mires, Dray


 


Dray trabajaba en el laboratorio del gran mago Towald Trigenistus. Había sido aceptada como segunda ayudante el mes anterior y estaba ansiosa por colaborar con el hombre a efectuar sus artes mágicas en aquel amplio sótano. En realidad, era un gran laboratorio, en donde la magia afloraba por doquier, tanto en la forma de sutiles vibraciones como en la presencia de extraños libros y objetos, algunos de los cuales parecían tener vida propia. La paga no era mala y le servía para ayudar a las necesidades de su hogar y para sus estudios.

—Dray, pásame la poción Nº5 —pido Trigenistus con su voz seria y profunda que lo caracterizaba.

La joven inmediatamente acató la orden de su amo. En cuanto el frasco estuvo en manos del mago, ella se apartó respetuosamente del mesón de trabajo. Una gran fuente de metal, cuya tapa yacía al lado sobre la madera, contenía una misteriosa sustancia en perpetua ebullición. Trigenistus murmuró un encantamiento en una lengua desconocida y luego arrojó una piedra negra dentro del recipiente. Dray lo observaba todo con sus enormes ojos muy abiertos, siempre curiosa con respecto a lo que acontecía ante su vista.

Hubo una gran llamarada que emergió de la fuente y elevó la temperatura del laboratorio en varios grados, pero esa sensación de calor desapareció tan pronto como había llegado. Ahora numerosas chispas brotaban de la sustancia que había detenido su ebullición. El mago permaneció recitando algunos encantamientos más y luego de algunos minutos le puso la tapa a la fuente.

—No mires, Dray —le dijo a la joven mientras señalaba la fuente.

—Sí, señor —aceptó ella.

—Saldré a buscar unas hierbas que necesito para mi siguiente hechizo —informó Trigenistus, colocándose una capa y cogiendo su báculo metálico incrustado de piedras mágicas—. Ten la bondad de limpiar el laboratorio; luego, puedes servirte té y bocadillos a tu elección.

—Así lo haré, señor, gracias por vuestra generosidad.

El hombre le acarició el despeinado cabello y subió las escaleras.

—No mires —murmuró Dray, pero la inquietud la corroía.

Empezó a barrer el piso, evitando acercarse al mesón. Sin embargo, cuando hubo completado la limpieza del piso tuvo que forzosamente acercarse a la misteriosa fuente. Se detuvo, pensativa, recordando los otros experimentos que había presenciado y por los cuales había recibido la misma recomendación de mantenerse apartada. Siempre le llamó la atención el resultado de los experimentos mágicos de Trigenistus, aunque hasta el momento no había visto el contenido de la fuente.

—No mires —volvió a murmurar mientras barría debajo del mesón y sus grandes ojos miraban de reojo la fuente.

Un suave golpe que provenía del interior del recipiente la alertó. Eso no había sucedido antes, nunca escuchó que… Ahí estaba otra vez, empero ahora un poco más fuerte. Se apartó un poco del mesón al tiempo que asía firmemente el palo de la escoba. Otro golpe más.

—Debo esperar a mi amo —dijo en voz alta para darse ánimos.

Un nuevo golpe resonó en la soledad de laboratorio.

—Amo, vuelva pronto —dijo con el corazón latiéndole de inquietud.

Tres golpes después fue incapaz de contenerse y se acercó a la fuente. Cuando sonó un nuevo golpe, aproximó la cabeza con lentitud hacia la tapa. Los golpes cesaron, sin embargo, su curiosidad se había desbocado y no le era posible contenerse por más tiempo. Miró asustada sobre su hombro, sabedora de que iba a hacer lo prohibido, y suavemente movió menos de un centímetro la tapa. Y el asombro la paralizó. Esperaba ver destellos multicolores, objetos multifacéticos, joyas encantadas o algo por el estilo, no obstante, ante sus ojos apareció la figura de un pequeño gatito.

—Qué minino tan lindo —comentó.

El felino maulló de una manera que la conmovió profundamente. Se veía tan pequeño, tan indefenso, tan tierno que no pudo resistirse más y abrió la tapa casi en su totalidad. Unos ojos negros y brillantes, semejantes a los propios, la miraron con agradecimiento.

—Ven aquí —pidió la joven estirando sus brazos.

El gato no se hizo de rogar y salto hacia ella. Se acurrucó en su regazo mientras Dray le murmuraba:

—Todo está bien, nada malo te va a pasar.

Se preguntó qué hacía un gato dentro de la fuente. No tenía sentido, el mago hacía experimentos nuevos y eso parecía el resultado de un simple hechizo de invocación… ¿O no? Ella no era muy versada en las artes mágicas, mas esto…

Un temblor empezó a recorrerla y pronto se dio cuenta de que provenía del felino. Lo miró y se dio cuenta de que su tamaño aumentaba por segundos. Lo soltó espantada y pronto tuvo ante ella a un enorme y furioso tigre con dientes muy largos. El pánico la invadió y entendió el motivo de la advertencia de su amo. Un rugido la estremeció de pies a cabeza y trató de encontrar una solución al problema. Retrocedió con la escoba entre sus manos, sabedora de que no le serviría de nada contra una criatura como aquella. El felino se dirigió hacia ella con pasos lentos y confiados. Su mirada era de maldad, desprovista ya de toda ternura.

—Pócimas de transmutaciones —leyó Dray en la estantería de su izquierda y cogió la primera botella que tuvo a mano. No lo dudó ni un segundo y la arrojó contra su adversario.

Un líquido verdoso salpicó al tigre, el cual no sufrió el menor cambio ni se detuvo en su andar. Dray cogió otro frasco, lo destapó y roció nuevamente a la criatura. Nada, su segundo intento tampoco surtió efecto. Entonces recordó que las pócimas de transmutaciones se aplicaban a metales, no a seres mágicos.

Corrió a toda prisa por entre los estantes en un esfuerzo por llegar a las escaleras, pero el felino le interceptó el paso. Se movía con una velocidad asombrosa y era obvio que no escaparía de sus garras. Empezó a retroceder. La escoba era sostenida inútilmente entre sus manos, se negaba a soltarla por una absurda sensación de seguridad. El tigre estaba cada vez más cerca, casi olía su aliento y veía el reflejo de ella misma en aquellos ojos repletos de maldad. Había cometido la última equivocación de su vida.

Una luz iluminó de improviso toda la estancia, haciendo que el felino mirase en todas direcciones. Otros pasos igualmente decididos como los del tigre se acercaron hasta ellos.

—¡Vuelve a tu encierro, criatura maligna! —exclamó Towald Trigenistus.

El ser mágico empezó a disolverse en una nube de partículas que fluyeron por el aire hasta la fuente. Una vez estuvieron todas dentro, la tapa se colocó sobre ella por sí sola.

Los aterrorizados ojos de Dray miraban al mago con temor, pues sospechaba que el castigo por desobedecerlo sería muy grande. Cuando el hombre se le acercó, ella simplemente corrió a abrazarlo y llorar de emoción.

—Lo siento, mi amo, hice… lo que no debía —dijo mientras las lágrimas caían por sus mejillas.

Trigenistus permaneció impasible unos segundos y luego dijo:

—No hay problema, pequeña. —Le acarició la cabeza con ternura—. En verdad, era una prueba, quería saber cuánto tiempo soportabas sin mirar dentro de la fuente. Y has pasado la prueba muy bien, todos los otros ayudantes al segundo o tercer día empezaban a husmear.

—¿Lo dice en serio, señor? —preguntó ella, incrédula, abriendo y cerrando sus grandes ojos sin cesar.

—Por supuesto. La curiosidad humana es muy grande, yo también la tengo, aunque el saber controlarla nos hace un poco mejores. —Sonrió sin reparos y le apartó un mechón de cabello del rostro—. Vamos, limpiemos este estropicio, que hay mucho trabajo por hacer todavía.

—Sí, señor —dijo ella y juntos partieron a arreglar los destrozos.



27 agosto 2016

Conversaciones con Sergio Meier


El viernes 19 de agosto a las 18:30 horas se efectuó en la Librería "En el blanco", Blanco 1065, Valparaíso, el lanzamiento de este libro, cuyo prólogo es de Francisco Ortega. En él, Carlos Lloró narra numerosas conversaciones sostenidas con mi amigo y colega Sergio Meier (fallecido en 2009) a lo largo de los años, en donde se desglosan numerosas ideas y conceptos que fueron la pasión de "El Alquimista de Quillota", como le decían cariñosamente. Así, asistimos a largas pláticas en donde se tratan ciencia, alquimia, literatura, universos paralelos, agujeros negros y un largo etcétera. Meier era un estudioso de todos estos temas, siempre intrigado por ver qué había más allá, siempre anhelante de poder asomar la cabeza fuera de nuestra realidad. Yo mismo tuve varias conversaciones en su casa, en donde pude ver el interés que él tenía y la cierta pomposidad que le caracterizaba al hablar. Era muy expresivo y especial, algo que pueden apreciar en la gran entrevista que le hizo Cristián Warnken:


Han transcurrido ya 7 años desde su muerte y todavía tengo fresca la noticia en la mente. Lo apreciaba bastante, era un muy buen amigo con quien el tiempo se me pasaba volando al conversar. Siempre recordaré con cariño su hospitalidad en su casa de Quillota, las bromas e ideas que nos rondaban al reunirnos. Él quiso mantener su cáncer en secreto, seguramente para no preocupar a los demás, con lo cual su deceso nos pilló desprevenidos. Así es la vida, qué le vamos a hacer, lo importante es recordar a quienes ya no están con afecto y seguir adelante hasta que sea nuestra hora.
Agradezco a Carlos Lloró el haber sacado este libro, en donde se pueden apreciar mejor las ideas de Sergio.









Conversaciones con Sergio Meier
Carlos Lloró
Universidad de Valparaíso
Agosto 2016

29 agosto 2015

Cartelera de Cine - Miguel Acevedo


     Este es un libro (librito, mejor dicho, sin que el diminutivo sea despectivo) que escribió mi buen amigo/ñoño/friki Miguel Acevedo. Él es Profesor de Historia y —al igual que yo— desde niño aficionado al género fantástico. Durante los últimos años se ha dedicado a colocar entradas en su blog referentes a esos cines que frecuentábamos cuando niños/adolescentes. Finalmente, reunió todos esos escritos y los aglutinó en forma de libro, añadiéndole algunos textos extras. El resultado es una obra que con mucha sencillez —y no exenta de cierta nostalgia— nos abre aquel mundo ya perdido de las salas de cine, contándonos acerca de su emplazamiento e historia, además de alguna anécdota. Su prosa estila cariño por una época en donde el mercantilismo no estaba tan entronizado como ahora, cuando las funciones rotativas permitían que la gente pudiera quedarse a ver la película de nuevo sin tener que salir del cine y adquirir otra entrada, sin ser sancionado por traer golosinas de fuera o pagar sumas exhorbitantes por una simple bebida.

     Junto con narrar todo lo anterior, Miguel se dedica a adornar los textos con vivencias personales, detalles autobiográficos que se complementan con lo otro, demostrando la manera en que eso influyó en su vida. Al leerlo con detención nos adentramos en ese mundo, su mundo, haciéndonos partícipes de aquella época y —de paso— aprendiendo algo acerca de la historia reciente de nuestro entorno.

     El libro está impreso en un formato sencillo, cual folleto divulgativo, que engaña al vistazo general, no obstante, los puntos que ya mencioné lo hacen digno de sentarse al lado de otros más gruesos. No es solo nostalgia, sino historia y reflexiones que harán pasar más de un buen rato al lector. Y a quienes vivimos es época nos la traerá a la mente, fresca, como si hubiera acontecido ayer.

     El sitio del autor es:

     http://ledicenpoesia.blogspot.cl/

   Ahí pueden descubrir más acerca de él y adquirir el libro haciéndole llegar un mensaje.

     Cartelera de Cine
     Mayo 2015
     Ediciones Gatojurel
     Fonos 63200138 - 63080530